viernes, 25 de marzo de 2011

"MI SUEÑO SE VA A VER CUMPLIDO EL DÍA QUE DEBUTE EN PRIMERA ALGUNO DE LOS ARQUEROS QUE TRAJIMOS"

De perfil bajo y sin exposición mediática, Enzo Leonardo Noce muestra una faceta poco conocida en él, con un discurso serio y convincente sumado a un amplio vocabulario a la hora de referirse a cada uno de los temas que Fortaleza Granate le consultó en un mano a mano en exclusiva. Confeso hincha de Gimnasia La Plata, fue el arquero con más presencias en el arco del Lobo con un total de 231 partidos desde 1990 hasta octubre del 2004, con un paso intermedio de un año y medio por Banfield, institución con la cual manifiesta no tener "ninguna clase de identificación ". Asimismo, finalizó su carrera en 2005 jugando para Unión de Santa Fe, después del cual estuvo dos años "con otro emprendimiento hasta que me llegó el llamado de un dirigente de Lanús a mi casa para ofrecerme el puesto de entrenador de arqueros". Si bien reconoce que ya lo habían tentado en el 2000, su arribo definitivo tuvo lugar en septiembre del 2007, precisamente el día que el Grana venció 1-0 a Estudiantes con el gol agónico de Malingas Jiménez. "Lanús es un club muy respetuoso de sus formas y trabaja muy bien en la parte juvenil, que es lo que a mí más me gusta. Igualmente, lo que me interesaba y me sigue llamando la atención es el tema de los arqueros; por eso cuando se me propuso empezar a entrenar con Primera, los nombres que acerqué para trabajar en inferiores fueron los de Nacho González y Roa, dos personas muy importantes a nivel futbolístico", contó, al tiempo que agregó: "yo tengo un compromiso con el club de traerle los mejores arqueros y, en caso de no estar, debo acercarle las personas idóneas porque Lanús cumplió en lo humano conmigo". Por otro lado, explicó de qué manera se encara la búsqueda de jugadores para el puesto y cómo se los perfecciona. "Al principio uno le busca el talento, mientras que con el correr de los años se suman una serie de otros factores que son muy importantes. Uno de los principales es la formación psicológica que tiene para afrontar el desafío de estar en Primera, sumado al quiebre psico-físico que tenga hasta los 17 años, que es cuando se termina el crecimiento ósteo-articular y comienzan a perfilarse para alcanzar ese tan deseado objetivo. Prefiero ir a buscar a uno que tenga muchas más ganas de jugar y de ser arquero de Primera División para que me luche durante los seis años de inferiores porque seguramente le vamos a poder explotar sus cualidades, siempre y cuando tenga las condiciones necesarias. También son fundamentales en un arquero la capacidad de salto, la fuerza y la voluntad para entrenar, entre otras. Aquel juvenil que no tiene las cualidades desde chiquito, es muy difícil que las encuentre de más grande", cerró. Entre tantos otros puntos interesantes, Leo se refiere a la presencia de su hijo Juan Pablo en el arco de la Novena División que dirige Ricardo Carrizo; define a Caranta, Marchesín y Andrada, los tres arqueros del plantel profesional, además de mencionar a aquellos que asoman por detrás con muchas condiciones; expresa qué significa integrar el cuerpo técnico con Gabriel Schurrer y hasta desecha totalmente la posibilidad de ser técnico en el futuro. "Ser entrenador es muy difícil porque además tengo un perfil mucho más bajo. Me conformo con entrenar arqueros y siento que es lo que realmente me gusta. Mi intención es acompañar en este proceso al grupo de juveniles que hemos elegido y con los cuales yo me he comprometido con el club", confirmó.



- ¿Qué balance podés hacer desde que llegaste a Lanús?

- Estoy contento por todo este tiempo trabajando en el club y no tengo más que palabras de agradecimiento hacia la institución. Afortunadamente hemos podido hacer bastante en nuestra labor junto con los coordinadores de inferiores y los dirigentes en la búsqueda de algunos chicos que están apareciendo en Primera, mientras que otros se destacan en el fútbol amateur. Me pone feliz que los juveniles hayan entendido el mensaje que uno trató de inculcarles pero deben seguir trabajando de la misma manera. Como digo siempre, uno les alcanza las herramientas y después el resto depende de ellos.

- ¿Cómo fue el acercamiento que tuvieron los dirigentes para ofrecerte esta posibilidad de desarrollarte en el club?

- La verdad que fue rarísimo. Yo estuve por llegar a un acuerdo con Lanús en el 2000, pero Gimnasia no quiso prestarme y no querían dejarme ir, aunque luego me terminaron cediendo a préstamo a los vecinos (por Banfield). Yo hacía dos años que había abandonado la práctica profesional del fútbol y estaba con otro emprendimiento cuando me llamó un dirigente a mi casa para manifestarme su interés. Yo llegué en septiembre del 2007, más puntualmente el día que le ganaron 1-0 a Estudiantes con el gol de Malingas Jiménez, lo cual obviamente me alegró mucho porque vencieron al rival de toda la vida (NdeR: siempre reconoció ser hincha de Gimnasia La Plata). Probamos por dos meses y medio y, al gustarles mi forma de trabajar, me volvieron a llamar a mediados de noviembre para renovar con las inferiores. Lógicamente me puso muy contento porque previamente había sido una prueba para ambas partes; tal vez al club no le gustaba mi manera de entrenar a los chicos, algo que yo no había experimentado hasta ese momento. Yo encontré algo muy lindo aquí, no sólo con el entrenamiento de arqueros sino fundamentalmente con el respeto que se estila, tanto a la hora de trabajar como en muchas otras cosas. Lanús es un club muy respetuoso de sus formas y trabaja muy bien en la parte juvenil, que es lo que a mí más me gusta. No te voy a negar que este presente con el cuerpo técnico de Primera me alegra profundamente. A la par de Mauricio (por Caranta), hay varios chicos a los cuales conozco desde hace años; a Marchesín lo vi jugar en Cuarta en 2008 y obviamente me sorprendió mucho, por lo que ahí mismo le comuniqué mi punto de vista a los dirigentes. Por su parte, Esteban Andrada estaba en Séptima División cuando yo llegué y era un chico que prácticamente ni siquiera se había fichado, aunque uno le veía muchas chances por sus condiciones. Después, se vienen arqueros sumamente interesantes como Pucheta, Avellaneda, Domínguez y ahora se sumó Acosta Luna, un juvenil que trajimos desde el Sur y que el fin de semana pasado atajó muy bien contra River. También está Espíndola y muchos otros chicos que de a poco se van arrimando y acumulan méritos para ser parte de algo muy lindo pero al mismo tiempo difícil. Todos sabemos que hay un arco solo y, mientras los tres arqueros del plantel profesional sigan manteniendo este nivel, al resto se le va a dificultar mucho tener su lugar, pero deben seguir luchando para conseguirlo.

- Sos consciente que fuiste una especie de talismán porque a partir de ese triunfo que mencionabas, Lanús se encaminó al título...

- No creo que haya sido por eso porque el equipo ya estaba jugando muy bien. Lanús podría haber salido campeón en varios torneos anteriores y también posteriores, pero este club acumuló cinco o seis años seguidos jugando muy bien al fútbol, con un plantel amplio y una correcta renovación de los jugadores. A mí lo que me interesaba y me sigue llamando la atención es el tema de los arqueros. Por eso, cuando se me propuso empezar a entrenar con la Primera, la idea era contratar a otro entrenador de arqueros y mis propuestas fueron Nacho González o Roa, que eran dos personas muy importantes a nivel futbolístico. En lo personal no me interesa que seamos demasiados aunque si puede sumarse alguno más, bienvenido sea. Yo tengo un compromiso con el club de traerle los mejores arqueros y, en caso de no estar, debo acercarle las personas idóneas porque Lanús cumplió en lo humano conmigo y yo soy muy respetuoso de un montón de cosas. Me pone muy contento que ahora los chicos quieran venir a atajar acá y ojalá se puedan conseguir los mejores. Después, si llegan o no a Primera será cuestión del destino.

- ¿Pensás que cambió mucho la cuestión en los últimos años respecto a ese tema? Porque antes los juveniles que se iban a probar a un club sólo tenían en cuenta a Boca y River...

- Sí, igualmente yo creo que ante esas dos potencias no podés competir debido a que los representantes siempre prefieren llevarlos a esos clubes, emanados por la posibilidad de sacarles dinero o algo más. En lo personal, yo soy de la idea que no hay que pagarles a los chicos cuando recién empiezan sus carreras. Hay que tentarlo con lo que representa el club y las instalaciones, además de ir viéndolo; no es lo mismo un juvenil cuando tiene 13 años que al momento de alcanzar los 16, 17 o 18, donde por ahí se puede ver potencialmente si está en condiciones de jugar en Primera. Al principio uno le busca el talento, mientras que con el correr de los años se suman una serie de otros factores que son muy importantes. Uno de los principales es la formación psicológica que tiene para afrontar el desafío de estar en la máxima división. Entonces, si tendría que elegir entre un chiquito de 12, 13 o 14 años que es un fenómeno pero que hay que depositar $10, yo diría que no quiero tenerlo. Prefiero ir a buscar a uno que tenga muchas más ganas de jugar y de ser arquero de Primera División para que me luche durante los seis años de inferiores porque seguramente le vamos a poder explotar sus cualidades, siempre y cuando tenga las condiciones necesarias. También son fundamentales en un arquero la capacidad de salto, la fuerza y la voluntad para entrenar, entre otras. Aquel juvenil que no tiene las cualidades desde chiquito, es muy difícil que las encuentre de más grande. Por ende, hay que formarlos para que a partir de los 18 puedan explotar en la cancha principal y genere una alegría en todos.

- ¿Dudaste en algún momento en aceptar la propuesta de Lanús teniendo en cuenta tu breve paso por Banfield?

- Yo le comenté ese tema a los dirigentes cuando me llamaron. Les fui sincero y les aclaré que no quería tener ningún problema si llegaba a surgir alguno por esa cuestión. Yo soy un profesional del fútbol y la verdad es que no soy hincha de Banfield y tampoco simpatizo por Lanús ya que mi corazón está en Gimnasia. Yo estuve un año y medio ahí porque no podía jugar más en La Plata, si bien mi idea siempre fue quedarme en Gimnasia después de los 30 años y poder retirarme allí. Lamentablemente no se dio por alguna decisión dirigencial que siempre tiene lugar en cada club cuando uno alcanza una determinada edad. Yo también me di cuenta solo de eso y pasé a una institución muy linda como Banfield, bastante similar a ésta, con muy buena gente como acá y donde me trataron realmente bien. De todos modos, no tuve ninguna clase de identificación con ellos: fui a jugar un año y medio y después seguí mi camino.

- ¿En qué aspecto puntualizás la búsqueda por tu vasta trayectoria como arquero?

- La cosa es simple: los chicos llegan para probarse al club por intermedio de los coordinadores y nosotros los miramos junto con Nacho González, a quien yo conocí acá porque se estaba entrenando su hijo, el cual tiene condiciones para el puesto pero todavía es muy joven. Hoy en día está entrenando pero aún no está fichado, al igual que otros chicos que nosotros creemos que más adelante pueden competir. Ya sea por el crecimiento tardío o por alguna otra cuestión, quizá no puede explotar sus cualidades a comparación de otros. Nosotros debemos percibir que, en un lapso corto de tiempo, se puedan ir sumando al plantel profesional cuando tienen edad de Quinta o Sexta; uno ya va viendo el perfil del jugador y sin dudas que para buscarlo en el fútbol moderno, donde los marcadores centrales y los delanteros miden todos 1,90 mts. para arriba, hay que hacer hincapié en arqueros altos, ágiles, rápidos y con buena pegada. Pero después hay que explotarles las cualidades físicas, como la saltabilidad, la velocidad y la fuerza. Entonces, se pueden ver un conjunto de cosas que hacen que el chico sea un fenómeno a los 13 años y cuando cumpla 17, no lo sea tanto o haya otro mejor que él. La intención es buscar el talento y luego ir formándolos para invitarlos al magnífico proyecto que tiene este club.

- Más allá de los juveniles que puedan ir surgiendo, parece que Lanús se puede quedar tranquilo que va a tener arquero por varios años...

- Ojalá que este proceso no se corte y que el ejemplo que le están dando tanto Caranta como Marchesín a todos los chicos que aparecen por debajo se siga expandiendo porque son dos caballos a la hora de entrenar, al igual que Andrada. Desde Pucheta, Anchoverri y Espíndola, los más grandes de edad en inferiores, hasta los más juveniles, nuestra meta es que puedan seguir el camino que han comenzado ellos y, como siempre les digo, la única manera que tienen de ir empujándolos hacia una venta, un préstamo o la posibilidad de emigrar a algún otro lugar es empezar a atajar cada vez mejor para obligar a los encargados de tomar las decisiones a analizar seriamente el tema cuando se presente esa oportunidad. Por el momento, ellos se quedarán porque son arqueros de primerísimo nivel, pero la idea es buscar en los chicos el carácter y la forma de entrenar que tienen estos tres animales, a los cuales no les cabe otra denominación.

- ¿Cómo definirías a cada uno de ellos si los tuvieses que resumir en una sola palabra?

- Lo que más se puede llegar a notar de Mauricio (Caranta) es la jerarquía, al tiempo que Marchesín sería el futuro porque tiene unas condiciones enormes. Asimismo, del Flaco Andrada destaco la solidez y la tranquilidad que transmite a pesar de medir 1,94 mts. A los más chicos hay que darles la posibilidad de estar con los mejores, que precisamente son los que te acabo de nombrar, para foguearse y esperar su momento, porque el futbolista los tiene buenos y malos a lo largo de su carrera ya que así lo indica la esencia del fútbol mismo. Hay que saber aprovecharlos en la medida que sea posible: los períodos negativos sirven para aprender a no volver a cometer los mismos errores y cuando estás de racha también hay que sacar el máximo provecho para conseguir una mejora en cuanto a lo deportivo o lo futbolístico en el club donde te toque estar.

- ¿Qué destacás del proyecto a largo plazo que construyó Lanús y el cual tiene sus frutos en el presente?

- La seriedad por sobre todas las cosas. Soy de los que piensan que la tranquilidad a la hora de trabajar también la debe aportar uno. Este club es muy responsable e importante porque acá te encontrás todos los días con muchísima gente esforzándose por un bien común. Desde que llegúe y en estos tres años y medio que me ha tocado estar, siempre se construye o se perfecciona algo nuevo. Todo eso lo hace para sus socios, además de tener planteles competitivos en la mayoría de las disciplinas. Es común ver gente trabajando en todo momento y hay movimiento constante porque es una institución muy social, que futbolísticamente se encuentra en alta competencia desde hace muchos años. Eso no es para nada fácil en la actualidad y la verdad que a uno lo seducen todas esas cosas. Después, veremos cómo termina la historia y si seguiré o no en el club, porque esas son cosas que solamente las sabe el fútbol.

- ¿Cómo es la historia de tu hijo Juan Pablo, que está atajando en la Novena División que dirige Carrizo?

- Él jugaba en Gimnasia y vino tres días a prueba a Lanús. Como les manifesté a los dirigentes en su momento y sin querer influir por mi relación sanguínea, es un chico que tiene muchas condiciones. Mi postura fue sencilla: si ustedes quieren a mi hijo en el club, yo se los traigo sin ningún inconveniente. Creo que Gimnasia no tendría dificultades en darle el pase porque, gracias a Dios, tengo un buen vínculo con la gente y los actuales dirigentes, a pesar de haber tenido un lapso de cortocircuito durante el mandato de Muñoz. Ellos entendieron que yo estaba trabajando acá y que mi hijo no podía entrenar en otro lado. También ayudó que Lanús lo pidió y yo simplemente lo traje. Es otro juvenil de los interesantes que está formando este club y, apenas llegó, le manifesté a los directivos que yo acercaba un arquero, no un hijo. Obviamente quería que lo cuiden como tal porque realmente lo es y si al club le sirve lo dejo, pero de lo contrario lo llevo a otro equipo y se acabó la cuestión.

- ¿Te molesta que se pueda llegar a mencionar que recibe una protección especial por tratarse de tu hijo?

Si bien Nacho González se encarga de entrenarlo, en el caso de que me tocara a mí tener que hacerlo, aclarando que de hecho ya lo realicé en varias ocasiones durante el campeonato pasado, cumpliría sin ningún impedimento porque afortunadamente sé separar bien las cosas. Yo tengo una anécdota con mi hermano (por Germán Noce), porque el primer día que lo subieron a la Primera de Gimnasia, yo frené con el auto en la puerta de Estancia Chica y le aclaré de manera textual que del portón para adentro íbamos a ser compañeros y hacia afuera sí éramos hermanos. Y con mi hijo hice lo mismo. Si él quiere ser jugador de fútbol no puede estar mimado, para recibir protección te tenés que dedicar a otra cosa. Ahora está en la pensión como cualquier otro chico y pienso que le puede llegar a dar muchas cosas positivas a este club. Después, habrá que ver el quiebre psico-físico que tenga hasta los 17 años, que es cuando termina su crecimiento ósteo-articular y donde comienzan a perfilarse psicológicamente para ver si alcanzan el objetivo de jugar en Primera.

- ¿Qué significa para vos integrar el cuerpo técnico con Schurrer?

- Sin dudas que es algo muy lindo. Yo compartí muchos momentos desde mi llegada con la gran mayoría de ellos porque Sime era el técnico de la Cuarta, Schurrer estaba en la Quinta y Rodo (por Graieb) dirigía la Sexta, al tiempo que el Turco Medina conformaba la Séptima. Estuvimos bastante tiempo juntos y también conocemos a los preparadores físicos, que anteriormente trabajaban en Cuarta y Quinta respectivamente. Esta experiencia se aprecia muchísimo y todos seguimos aprendiendo día a día; el que te diga que sabe todo en el fútbol, seguramente te está mintiendo. Ojalá se pueda lograr lo que queremos todos y para eso hay que seguir trabajando de la manera que lo venimos haciendo.

- Nacho González ha manifestado en más de una oportunidad que no se conforma con ser entrenador de arqueros y que en algún momento le gustaría ser técnico de Primera. ¿Vos proyectás algo similar para el futuro?

- ¿Yo técnico? No, para nada. Ser entrenador es muy difícil porque además tengo un perfil mucho más bajo. Me conformo con entrenar arqueros y siento que es lo que realmente me gusta. Mi intención es acompañar en este proceso al grupo de juveniles que hemos elegido y con los cuales yo me he comprometido con el club. Lo que siempre les digo a los dirigentes es que mi sueño se va a cumplir cuando debute en Primera algunos de los chicos que trajimos.


Por Bruno Russo

2 comentarios:

  1. No es bardiar y siempre mi intencion es aprender, pero asi como se usa el entrenador de arqueros me gustaría que exista un

    entrenador de delanteros.

    No entiendo como aun no existe. Tipos como el Pampa Gambier, el Tero, el Chupa o hasta Gilmar podrían ser grandes maestros para los pibes de inferiores. Cómo moverse, cómo definir, sobre todo porque en primera por ejemplo están Schurrer, el Turquito Medina y en cuarta la Urraca. Todos defensores!

    Es solo un aporte.

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  2. Totalmente de acuerdo, con la persona que escribio anteriormente.

    Ya que el proyecto de Lanús, es trabajar mucho en inferiores, no entiendo como es que no hay un entrenador de delanteros, como hay en todos los clubes de Europa y en algunos de Argentina, creo que en San Lorenzo está cumpliendo esa funcion el Pampa Biaggio.

    Estaría muy bueno que por el momento cumpla esa funcion Gilmar Villagrán, que ya está en infantiles o como bien lo dijo el usuario anterior Gambier o el Chupa López, arrancar con alguno de estos entrenadores de definiciones y en un futuro, despues que el Gran Pepe Sand vuelva a Lanús y jugar unos años en primera, cuando se retire darle esa posibilidad a él.

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